Una denuncia por presunto abuso sexual en contra de una menor de edad puso en alerta a padres de familia del jardín de niños Leobardo Bravo, ubicado sobre la 7 Sur casi esquina con la 7 Poniente. Según los familiares de la pequeña de cuatro años, la agresión ocurrió al interior del plantel educativo el pasado jueves 7 de noviembre. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que el acusado será separado de sus actividades mientras se realizan las averiguaciones correspondientes.
La mañana de este martes, la menor llegó acompañada por sus padres a la institución educativa; al visualizar al supuesto agresor, lo señaló y soltó en llanto. Los padres acompañaron a su hija con la intención de que ella identificara al sujeto, ya que presuntamente la pequeña confesó el hecho, porque ya no quería regresar al plantel.
Por lo anterior, los papás se presentaron, junto con la niña, en la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) para levantar la denuncia por abuso sexual en contra del agresor de su hija y seguir el protocolo correspondiente.
Tras conocer la acusación, aparentemente las autoridades escolares resguardaron al acusado en un aula, pero las clases en el preescolar siguieron su curso normal.
Fue a las 12:18 horas, cuando la mamá de la pequeña informó a los padres de familia el desagradable incidente. Para ese momento, en el jardín de niños ya se encontraba la abuela de la menor, quien se colocó en el portón del plantel, junto con uno de sus hijos, para evitar que el agresor huyera.
“Por vía WhatsApp nos informaron que una de las niñas del preescolar Leobardo Bravo fue abusada. Todos los papás y mamás ya veníamos en camino porque casi era la hora de la salida. Nosotros pedimos ver a nuestros hijos y aún después de la hora de salida no nos los querían entregar”, refirió una mamá.
“La directora no nos quiso dar la cara hasta después que llegaron representantes de la Secretaría de Educación Pública, porque incluso, cuando preguntamos por la persona que había hecho la agresión, dijo que ella no tenía ningún documento de que esta persona estuviera trabajando aquí, ¡cómo es posible!”, agregó.
Elementos de la Policía Municipal y Estatal hicieron su arribó al plantel educativo porque los padres de familia intentaron cerrar la vialidad para evitar a toda costa que escapara el supuesto agresor.
Asimismo, llegó personal del Gobierno del Estado para intentar tranquilizarlos y conciliar con ellos para permitir que la autoridad hiciera su trabajo. Aseguraron que darían al caso el seguimiento correspondiente y qué, si alguno de los presentes necesitaba ayuda psicológica, podía dirigirse a la instancia pública correspondiente.
Los familiares de la menor presentes y los padres de familia clamaban justicia al tiempo que exigían a la autoridad apresar al trabajador del plantel que había cometido el supuesto abuso en contra de la menor y que seguía resguardado dentro del preescolar.
“El policía me está diciendo que estoy alterando el orden público solo por caminar de acá para allá y dice que me va a detener”, refirió el tío de la menor, quien agregó que el viernes pasado había visto a su sobrina llorar porque que no quería ir al colegio y su cuñada ya no la llevó.
Eran alrededor de las 15:10 horas, cuando el supuesto agresor de la menor fue resguardado por elementos de seguridad, desde el interior del plantel hacia una camioneta pick up blanca particular que abordó entre gritos de ¡violador!, ¡aprésenlo!, ¡violador! La unidad se alejó sin contratiempos, pero el tío de la menor agredida fue detenido de manera violenta por elementos de seguridad, quienes lo rodearon y no lo soltaron hasta que su madre los cuestionó: “¡Por qué esposan a mi hijo!”, alegando que el detenido debió ser el agresor.