Por Chester Hernández.
La corrupción que impera en la Secretaría de Movilidad es un fenómeno alarmante que socava la confianza ciudadana y deteriora la calidad de los servicios públicos. A la cabeza de esta red se encuentran figuras como Fernando Ávila y Omar Álvarez, quienes operan bajo las directrices del Chiapaneco Set Yasir Vázquez, quién fue uno de los operadores de Miguel Barbosa.
Este trío ha sido señalado por su implicación en el control del transporte pirata en el estado, un negocio jugoso que se alimenta de la complicidad y la corrupción, gubernamental.
La situación plantea serias interrogantes sobre la gestión de la Secretaría. ¿Tendrán las autoridades del estado pleno conocimiento de estas corruptelas, y de quién las encabeza o son parte de un esquema más amplio de corrupción? La persistencia del transporte pirata sugiere que hay un interés en mantener este sistema, que beneficia a unos pocos a costa del bien común.
La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas desde hace años. Es inaceptable que la Secretaría de Movilidad, una entidad destinada a garantizar la seguridad y el orden en el transporte público, se vea envuelta en prácticas corruptas. Es momento de que las autoridades asuman su responsabilidad y se inicie una investigación exhaustiva con auditorias, que desmantela esta red de complicidad.
La lucha contra la corrupción en la Secretaría de Movilidad no debe ser solo un discurso efímero; es esencial que se actúe con firmeza y transparencia. Solo así se podrá restaurar la confianza en las instituciones y asegurar un transporte digno y seguro para todos los ciudadanos.
O acaso el legado de Andrés Manuel López Obrador de no robar, no mentir y no traicionar solo es un lema mas.
En las imágenes se pueden observar a Set yasir Vázquez y Fernando Ávila.