Por Chester Hernández. En la tarde del pasado martes, el municipio de San Gabriel fue escenario de un hallazgo alarmante. Según reportes de la Policía Municipal, se encontraron bolsas de plástico abandonadas en un predio deshabitado. Estas bolsas, aparentemente, contenían restos humanos, lo que ha generado una gran preocupación en la comunidad local. El descubrimiento se realizó en el camino viejo a San José Miahuatlán, cerca de la presa conocida como “Coyote”.
Este evento pone en evidencia una de las múltiples manifestaciones de la creciente inseguridad en la región, que muchos ciudadanos y expertos consideran una omisión por parte del Estado en cuanto a la protección y la justicia. La falta de respuesta efectiva ante estos actos violentos refuerza la percepción de que las autoridades no están actuando con la celeridad y el rigor necesarios para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La presencia de restos humanos en un lugar tan apartado refuerza la necesidad urgente de mejorar los mecanismos de seguridad y vigilancia en áreas rurales y menos pobladas. La omisión en la atención de estos asuntos no solo agrava la crisis de seguridad, sino que también socava la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de velar por su bienestar.
Es crucial que se tomen medidas concretas para enfrentar estos problemas de forma efectiva. La comunidad necesita ver un esfuerzo visible por parte del Estado para resolver estos casos y prevenir futuros incidentes. Solo con una acción decidida y coordinada se podrá restaurar la seguridad y la confianza en el sistema de justicia local.