Por Marco de Núñez
Ahora que por fin el Centro de Reinserción Social de Puebla funciona con apego a la ley surgen, como margaritas, individuos que pretenden hacer creer a las autoridades de nuestro estado y a la sociedad poblana en general, a través de videos del pasado, que dentro del penal se vive un ambiente hostil y hacen circular el rumor de su mal funcionamiento fuera del marco legal.
¿A quién conviene hacer quedar mal a las autoridades penitenciarias?
La respuesta es muy sencilla puesto que ese propósito solamente lo persiguen los grupos que en el pasado se beneficiaron de prácticas ilegales y tratos que se daban por debajo de la mesa y que cabe destacar, solo trajeron a dicho CERESO un autogobierno.
Hoy en San Miguel se vive la paz y la justicia social, la dirección hoy está al pendiente de los internos y de que estos tengan las herramientas adecuadas para lograr su readaptación y posteriormente se reinserten a la sociedad siendo ciudadanos de 10.
La sociedad de hoy y sobre todo las familias de los reclusos exigen trato justo de conformidad con la reglamentación en materia de derechos humanos, con una dirección de puertas abiertas libre de corrupción.
Ha sido un camino arduo de caminar, pero al fin se logró que San Miguel funcione con propósitos firmes y que su mayor preocupación sea la corrección de las conductas atípicas de sus internos.