Se avecina una fuerte disputa entre China y La Unión Europea

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La Comisión Europea acusó a China de subsidiar las exportaciones de autos eléctricos para rebajar artificialmente los precios, a pesar de que ellos hacen exactamente lo mismo sobre la agricultura y la energía renovable.

Tras la aplastante oleada regulatoria de la “agenda verde”, la Comisión Europea anunció que para el año 2035 quedará prohibida la venta de autos a base de combustibles fósiles, y han programado la prohibición total de su circulación a partir del 2050.

Estas decisiones han destruido una de las ventajas comparativas que, hasta ahora, mantenía la industria automotriz europea por sobre otros competidores a nivel mundial, y ha hecho encarecer fuertemente los precios de los autos eléctricos, debido a la demanda artificial que se creó para ponerse en regla de esta medida.

En el mercado de autos eléctricos Europa ya no tiene ninguna ventaja significativa frente a la producción de China o Estados Unidos, y los burócratas en Bruselas preparan una ofensiva proteccionista que terminará siendo costeada por los mismos consultores europeos.

La Comisión acusó oficialmente a China de subsidiar sus exportaciones de autos eléctricos con el fin de ganar mercados y rebajar artificialmente los precios, pero esto es solo una excusa que hasta ahora no había sido esgrimida por las autoridades.

El objetivo no es compensar una política comercial desleal con China (que efectivamente existe), sino más bien tratar de compensar los efectos negativos del aparato regulatorio europeo.

La presidente Ursula von der Leyen anunció que se llevará a cabo una investigación exhaustiva para determinar si esto es efectivamente así, y en caso afirmativo se establecerán severas penalidades arancelarias.

Lo cierto es que la UE también establece un arsenal de subsidios sobre sus exportaciones, especialmente en el sector agrícola (el más resistido para la apertura comercial), pero más recientemente sobre las empresas tecnológicas en respuesta a las cláusulas de la “Ley de reducción de la inflación” de Joe Biden en Estados Unidos.

La Comisión Europea no sólo restringirá que los ciudadanos puedan comprar y circular con autos en base a combustible fósil, sino que además los obligará a pagar más caro los mismos bienes que bien podrían producirse más eficientemente en Estados Unidos o en China incluso sin el efecto de ningún subsidio.

En caso de establecerse penalidades comerciales, los aranceles podrían superar el 20% ad-valorem sobre las líneas seleccionadas. Aún así, tan pronto como esto suceda se espera una rápida respuesta por parte de China, que podría desatar una nueva guerra comercial hasta la llegada de un acuerdo.

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