La llaman la “marea violeta”.
Esa es la expresión que algunos medios y expertos en Argentina usan para referirse a la forma en la que Javier Milei logró este 19 de noviembre una victoria contundente en las elecciones presidenciales de Argentina, obteniendo el 55% de los votos y logrando un apoyo mayoritario en 20 de las 23 provincias del país y en la ciudad de Buenos Aires.
Ese respaldo conseguido por el economista catalogado como libertario antisistema refleja un notable cambio en comparación con los resultados de la primera vuelta electoral, realizada el pasado 22 de octubre, cuando Milei llegó en segundo lugar con un 30% de los votos, por detrás del 38% logrado por el aspirante oficialista, Sergio Massa, quien es ministro de Finanzas del actual gobierno y fue el abanderado del peronismo.
En las elecciones de este domingo, Milei logró imponerse en otras 10 provincias (y en la ciudad de Buenos Aires) e incrementar su apoyo en casi 26 puntos porcentuales.
Este notable aumento, sin embargo, no resulta tan sorpresivo cuando se considera que tras la primera vuelta, el aspirante de La Libertad Avanza consiguió el apoyo expreso tanto de la excandidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, como del líder de esa coalición, Mauricio Macri.
De hecho, los apoyos obtenidos por Milei y por Bullrich en la primera vuelta sumaban un 54%, y ahora, Milei obtuvo un poco más de 55%.
“Lo que eso explica es que al haber sido tan explícita Bullrich y su padrino político, el expresidente Mauricio Macri, en apoyar tan rápidamente a Milei, eso realmente unificó a la centroderecha. Lo que demuestra ese 55% es que Milei fue muy efectivo en ganar el voto del espacio de Juntos por el Cambio”, comenta Verónica Smink, periodista de BBC Mundo en Argentina.
“El mapa también cuenta la historia del peronismo y del antiperonismo. Muestra que, al igual que hizo en 2015 con Macri, la centroderecha logró agruparse y contó con un candidato que logró atraer todos los votos del antiperonismo”, agrega.
Otro elemento que queda en evidencia en el nuevo mapa electoral argentino fue la derrota del peronismo en la provincia de Santa Cruz, que ha sido un bastión de la familia Kirchner.
“La expresidenta Cristina Kirchner se refiere a esa provincia como ‘su lugar en el mundo’. Simbólicamente, el hecho de que Santa Cruz haya votado mayoritariamente por la opción de Milei es un duro golpe para el kirchnerismo”, señala Smink.
Explica que el kirchnerismo ya había llegado a esta elección en una posición debilitada al haber tenido que escoger como candidato peronista a Sergio Massa, un político de centro, promercado y quien en el pasado había sido rival directo de Cristina Kirchner, aunque luego hicieron las paces.
“Eso habla de un kirchnerismo muy golpeado. Perdió en su bastión de Santa Cruz y se vio obligado a apoyar a un candidato presidencial que no era el que más representaba su espacio y que además perdió”, apunta Smink.