Por Chester Hernández.
Lupita Cuautle, presidenta municipal de San Andrés Cholula, ha negado en repetidas ocasiones los hechos delictivos que aquejan a la zona de Gobernadores, especialmente el cobro de piso a una plaza. Sin embargo, parece olvidar que hace meses la Fiscalía General del Estado incautó una casa de seguridad en esa misma área, donde se encontraban víctimas de secuestro.
Además, los levantones en las inmediaciones de la Universidad Anáhuac y las ejecuciones ocurridas en el OXXO de Avenida Orión son pruebas irrefutables de que la delincuencia está presente y activa.
Para agravar la situación, más del 50% de sus policías no están certificados con el Certificado Único Policial (CUP), lo que pone en tela de juicio la capacidad de la administración municipal para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Esta falta de acción y reconocimiento de la realidad solo agrava la percepción de un gobierno desconectado de las verdaderas necesidades de su comunidad. Es momento de que la presidenta Cuautle enfrente la situación con seriedad y asuma la responsabilidad que su cargo demanda.
