Por Marco de Núñez
Hoy dentro de la política nacional, Puebla y Guerrero comparten escenarios, y es que en estas entidades tienen en común candidatos amañados y la comisión de los peores delitos: matanzas, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, pero sobre todo, violaciones, todas ellas, en las que la impunidad ha sido reina con la complicidad de autoridades, caciques, delincuentes e incluso dirigentes de partidos políticos.
Querido lector ¿usted ya sabe a quienes nos referimos?
Comenzando por nuestra querida Puebla preciosa con el reciente escándalo del precandidato de Movimiento Ciudadano por el séptimo distrito de Texmelucan, José Elías Medel Galindo, quien al parecer pudiera estar metido en un caso de pederastia con su propia hija. Cabe destacar que los hechos anteriores se desprendieron después de que se difundieran en redes sociales imágenes y videos de José Elías Medel Galindo besando en la boca a su presunta hija, así como abrazándola y estando con ella sin ropa. Una de las que más causó molestia entre los cibernautas fue una en la que ambos están aparentemente desnudos en la cama.
Por otro lado está el caso de la hoy Diputada Olga Lucia Caballero y/o Romero Garci Crespo, en contra de quien existe una supuesta denuncia por delitos de índole sexual (trata de personal) en una carpeta federal, según se dio a conocer en algunos medios locales durante los días anteriores.
En guerrero, también, tenemos el caso de Félix Salgado Macedonio, quien cuenta con 5 averiguaciones por violación, las acusaciones comenzaron a ser presentadas desde 2017.
El asunto ha generado divisiones al interior de MORENA, sobre todo de sus diputadas; y entre colectivos feministas que reclaman a AMLO en redes con el hashtag #PresidenteRompaElPacto.
Resulta impactante que tal personaje tenga el manto protector del presidente de la nación, dejando atrás los preceptos de no robar, no mentir y no traicionar.
Sin menoscabo de la presunción de inocencia, no cabe el “ya chole…” expresado por Andrés Manuel al decir que se trata de una campaña mediática contra el candidato de Morena. No lo es. Hay suficiente evidencia para judicializar las acusaciones en su contra.
En México como en Guerrero y Puebla urge lavarle la cara a la justicia y regalarles unos lentes a nuestros gobernantes, para que al fin vean la impunidad que existe en nuestro lastimado país y sus etidades federativas.
