Los grandes almacenes, bares y teatros de Japón cerraron ayer como parte de las medidas de emergencia para frenar el aumento de las infecciones de coronavirus.
La restricción de 17 días para Tokio, Kioto, Hyogo y Osaka se decretó antes de las vacaciones de la “Semana Dorada”, cuando los japoneses suelen viajar mucho.
Hay dudas sobre la eficacia de la medida, que se centra en que los restaurantes y los parques temáticos permanezcan cerrados. Los trenes y las calles siguen llenas, y las escuelas permanecerán abiertas.
Japón ya ha declarado tres emergencias debido al coronavirus. El lanzamiento de la vacunación ha sido lento, con apenas 1% de su población inoculada.
Una desventaja es que la isla requiere pruebas adicionales para las vacunas aprobadas en el extranjero, y ahora solo se usa la de Pfizer. No se espera un suero de producción nacional hasta el próximo año.